sábado, setiembre 29

Un día comun en Moria



Muy temprano en la mañana, luego de un rápido duchazo, nos vamos a desayunar y luego a recoger lamparas para la mina. El trote hasta el frente donde están las operaciones depende de la hora y la disponibilidad de las camionetas.
Siempre llegando a tiempo tomamos el pique y bajamos hasta lo profundo de la mina, donde la neblina aun anuncia que hace poco se realizo una voladura en esa zona y hay que ir con cuidado. La parada obligada por el taller de los equipos es motivo de encontrar y saludar a la gente antes que entre al trabajo.
Comienza la caminata de arriba para abajo, siguiendo un equipo, buscando un frente, verificando un labor... sea donde sea, uno tiene que hacer sentir su presencia de autoridad y dar las directrices y consejos necesarios. Almuerzo, pues a esperar que le traigan a uno lo que sea que hayan preparado y poder degustarlo en el comedor interior. Que si viene con mineral o desmonte, no es problema, todo puede ser masticado. no hay un largo descanso, a volver al trabajo.
A eso de las 7:30 de la tarde, de un día cualquiera aquí en la soledad de las montañas; pues si algo es seguro aquí los días pasan uno tras otro sin que uno se de cuenta cual es la diferencia. Se termina la guardia, siguiendo el último de los jumbos de la contrata Miro Vidal. He subido por el pique, que viene a ser algo así como un ascensor, solo que en su versión mas arcaica :)
El frió nos sería tan grave de no ser que allá abajo la temperatura esta a casi 20 grados. Hemos pescado la camioneta antes que se marchara, de lo contrario, habríamos tenido que atravesar la laguna, de un extremo a otro... lo que de por si ya es un problema por que la oscuridad es completa en esa zona.
Llegamos, nos cambiamos y luego de la comida, directo a la oficina a pasar el informe del día. ¿Que pude llegar a ser tedioso? Tal vez, pero siempre se ve algo nuevo, algo que recordar, siempre hay ese momento cuando uno camina a oscuras en las entrañas de la tierra que puede escuchar las historias mas extraordinarias que surgen de la mente, y recordar que toda acción, tiene una reacción.
Donde quiera que vaya, de ahora en adelante, siempre recordare que son un enano, y mi lugar esta en la mina... pero muy dentro, en mi naturaleza mas interior, soy el guardián del Bosque Viejo para los amigos, y todo aquel que quiera hablarme o escucharme. Para ellos, siempre estaré ahí, en lo mas profundo, solo deben saber entonar el versillo por todos bien conocido.

3 comentarios:

Dinorider d'Andoandor dijo...

todo un señor enano!

convicto y confeso!

se nota tu amor por la enanada!

:)

tu traje refleja luz!

Sorondil dijo...

Ojala pronto estés de vuelta como Dios manda para que nos cuentes de tus nuevas aventuras.

Desde aquí te deseo lo mejor, éxitos y que tu cota de malla, tu hacha, casco y demás utensilios te sean útiles en esta nueva partida.

Nai Eru varyuva le.

Arquen dijo...

Un Muki!
A no, verdad que esa es otra clase de enano.
Viendote asi hermanito enano,
me doy cuenta que lo de las labores mineras,
es algo que no me vino con la raza
(creo q es parte de mi lado hobbit),
ahora que estas por regresar por estos lares (aunq pronto, que ahi nomas vuelves a las minas), espero saber de ti.