miércoles, junio 13

Custodes 04

Es un 6 de Enero, y en los países tropicales, una noche como esta seria aun calurosa. Aquí en el norte ruso el frío es intenso, con una nevada persistente que complica mi labor. He colocado señuelos por todo el cementerio, y la señal positiva es lo que me ha traído esta noche al panteón.

La arquitectura de todo el complejo es extraordinaria, aunque no entiendo por que construir lugares tan bellos para gente muerta. Bueno, no todos los inquilinos aquí están quietos, más si fríos, y el vampiro no espera mi emboscada; al menos, eso espero. Preparo las estaciones de apoyo, que servirán también como distracción.

Empieza la función: al salir de su madriguera las armas responden a los sensores de movimiento. Estos están adaptados a la agilidad propia de un no-muerto. Los disparos van y vienen, harán que se mueva y reciba más disparos, que lo debilitara para el golpe final. Es la mejor táctica, para los que se han vuelto escurridizos.

Me acerco desde un ángulo muerto, pero algo no esta bien. Las armas han parado, o esta muerto, o es muy resistente. Ahí estoy, cerca de el, se ha quedado quieto, inmóvil como estatua. Apunto, pero se desvanece antes de cualquier movimiento, es el primero que veré convertirse en una nube; no es un truco.

Escucho el sonido de las armas al ser rotas, todos muy seguidos. No puede creer que pueda moverse tan rápido, esta habilidad ha sido reclamada por mucho pero nunca probada. Antes del golpe, solo sentí que ya estaba detrás de mi; pero sobre todo pude sentir su mirada, muy cerca a mi, como dudando que acciones tomar para conmigo.

Despierto algo adolorido, aun la vista la tengo algo nublada, lo peor pronto pasara. Los largos periodos de entrenamiento no han sido en vano, cierro los ojos, concentro todo en un punto, y al abrirlos tengo completo dominio de mi situación. Sorpresa mayúscula, no estoy atado, me levanto de una alfombra bastante cómoda, y recorro con la mirada la cueva, es impresionante.

No soy muy entendido en la materia pero, por los artículos, y en especial las armas en la sala, mi anfitrión no solo ha viajado mucho; su pasado es anterior a Roma. Ahí esta el, con un perfecto traje de la Rusia imperial. No parece preocuparse mucho por mí, tiene un teléfono raro en su mano, y contesta en un perfecto francés.

- Viktor acaba de llamar; quería saber que había sido de ti. Aun no he decidido que hacer contigo.
- ¡Mataste a una mujer inocente! ¡Si no acabas conmigo, yo terminare lo que empecé!
- Si ella hubiera muerto por mi espada, solo hubieras encontrado cenizas, jamás dejo las cosas a media. Por otro lado, atacó a un grupo que cumplía con su deber; así como ustedes unas horas antes.
- Sea como sea, no descansare…
- Ya descansaste, y es tiempo que demuestres algo de lo que puedes hacer.

De la pared me arroja una espada corta romana, me dispongo a atacar, aquí debe terminar todo. Bastante gracioso parece resultarle, no puedo ni siquiera tocarlo, aun que no mueve los pies de su sitio y tiene los brazos en la espalda. Pierdo la noción del tiempo, ya estoy agotado, mis piernas flaquean y caigo rendido frente a él.

Si eso es todo los que puedes hacer, entonces es verdad que te queda mucho por aprender; no conoces tu potencial. Yo haré que lo descubras.

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