sábado, enero 19

Entrevista con un dragón


Hace muchos años, cuando ya había dejado atrás la época de colegio, una idea me vino a la mente mientras leía – tal vez por décima vez – El Hobbit; que el profesor, en sus años de juventud en Sudáfrica, había tenido acceso al Libro Rojo de la frontera del Oeste, no la copia que se hizo en Gondor para beneplácito del rey Elessar, si no aquel que guardaron Los Belifantes de las Torres. Donde se encuentra, junto con la historia de una ida y una vuelta, los relatos de la caída del señor de los anillos y las crónicas de los libros de la tradición.

Por supuesto, esto no pasa de ser una mera fantasía; pero quiero que piensen, tan solo unos momentos, si se les presentara una oportunidad semejante, que información buscarían, en que pasajes pasarían el rato, o estarían hojeando sus paginas todo el tiempo, buscando sonsacar mas de lo que las paginas cuentan.

En esta ocasión recordaremos un pasaje de El Hobbit, que es, a la vez de divertido, un punto crucial en la narración, y materia de mucha información. Estamos hablando de la entrevista entre Bilbo y Smaug el dorado. Este encuentro producirá la clave para vencer al dragón, y nos mostrara a un saqueador más conciente de sus propias capacidades, mas maduro, por decirlo de algún modo.

El juego de acertijos se inicia luego que Bilbo se percata que Smaug no esta dormido. Es aquí donde el asunto de la conversación se vuelve de lo más interesante; Bilbo nos explica que es la forma correcta de conversar con un dragón, sin responder mucho ni negarse por completo. Uno llega a ver este episodio como lo más natural, cuando en realidad estamos hablando de un hobbit y un dragón.

Recordaran que los acertijos eran una pasatiempo de nuestro pequeño amigo, pero que al no ser muy intrincados, le dan, poco a poco, a Smaug, la clave para descubrir una serie de cosas sobre su extraño visitante. La tensión crece cuando el astuto dragón siembra la duda en el saqueador; cosa que en parte es uno de los grandes poderes que todo dragón posee, su voz. La idea de que los enanos habrán de traicionarlo, pues no hay forma de llevarse una catorceava parte del tesoro, comienza a atormentar a Bilbo.

La mosca de aguijón, o como Bilbo también se titula, el jinete del barril, decide que la entrevista ha durado demasiado y que no es tiempo de dudas, por lo que decide terminar el asunto intempestivamente. No es muy sabio de su parte, como después reconocerá - "¡Nunca te rías de dragones vivos, Bilbo imbécil!" - terminar así; pero habiendo encontrado que Smaug no es del todo invulnerable, decide que no es bueno correr riesgos.

Los dejare que recuerden este extraño encuentro, que lo comparen con alguna entrevista que hayan tenido, y que mas que todo, despierten preguntas luego de leer este pasaje. El profesor escribía para si mismo, para su propio beneplácito, contando una historia que tenia un amplio marco “histórico”. El hobbit es del tipo de libros que apasionan apenas uno lo empieza a leer; o simplemente, no lo entiende, y la ventana de agua se cierra para siempre.

1 comentario:

Dinorider d'Andoandor dijo...

Smaug sin duda era todo un personaje