Víktor entro; con esa cara de paz que siempre lo acompañaba.
- Aun no has encontrado, lo que realmente necesitas saber – me dijo.
- Tengo más que suficiente – respondí.
- Dudo mucho, que aquel a quien buscas, pueda llegar a ser emboscado, y mucho menos, muerto por tu espada.
- Debo intentarlo.
Los vampiros que hoy conocemos han vivido a lo largo de los años, agrupados de diversas maneras, a modo de protección. La primera idea que tuve – como creo que cualquiera en mi posición la tendría – es que se juntan para cazar; pero eso, dista mucho de lo que he llegado a aprender. Hoy en día puede decirse que se organizan en clanes y familias.
Las Familias los conforman los de sangre pura, nacidos vampiros, capaces de guardar la memoria y recuerdos de sus padres. Estos son los mas antiguos, antes de los primeros cuentos, rara vez se mezclan con otros que no sean sus pares, o se dejan ver. Este anonimato, y falta de información les ha servido; las muchas habilidades que los vampiros “dicen” tener, ellos las poseen. Hoy sabemos que algunos de ellos son consejeros o incluso cabezas de los nuevos clanes.
Por el contrario los clanes buscan siempre nuevos integrantes, sangre fresca, poseen toda la tecnología posible a su servicio, buscando la forma de fortalecerse y evitar que alguien los pueda matar. Sus contactos se extienden por todo el mundo, por lo que es difícil no toparse con alguno por la calle o como vecino. Los clanes se cuidan de pugnas internas, pero un nuevo inmortal siempre se nace ambicioso.
De lo poco que se sabe, aquellos que nacieron vampiros, han aprendido con los años. Su estricto código de conducta rara vez es roto, y sus ambiciones son más espirituales. Viven para el conocimiento, pero eso no evita que tengan sentimientos; así fue como comenzaron los clanes. Fue el amor lo que impulso al conde Dracul a dejar su anonimato, y formar el primer clan.
El vampiro en cuestión, al cual buscaba desesperadamente, se llama Okada y pertenece a una antigua familia de vampiros. Es miembro de un clan, que opera como parte de la yacuza.
– Debes entender, antes de emprender esta cruzada muchacho, que vas en busca de respuestas, no de venganza. La venganza no te puede guiar.
– Extraño, esas fueron sus palabras. ¿Por que lo mencionas?
– Por que tienen mucho en común ustedes. Más de lo que imaginas.
– Aun no se por que no intentas detenerme.
– No tendré que hacerlo, el lo hará. De paso, te revelara aquello que yo no puedo decirte en este momento.
– Debo irme… debo matarlo.
– Ve en paz Pierre, tú eres un custodes, y pronto aprenderás que no eres el único, ni tampoco el primero.
Mi nombre es Pierre Clavier, he sido, y seré siempre un Custodes
- Aun no has encontrado, lo que realmente necesitas saber – me dijo.
- Tengo más que suficiente – respondí.
- Dudo mucho, que aquel a quien buscas, pueda llegar a ser emboscado, y mucho menos, muerto por tu espada.
- Debo intentarlo.
Los vampiros que hoy conocemos han vivido a lo largo de los años, agrupados de diversas maneras, a modo de protección. La primera idea que tuve – como creo que cualquiera en mi posición la tendría – es que se juntan para cazar; pero eso, dista mucho de lo que he llegado a aprender. Hoy en día puede decirse que se organizan en clanes y familias.
Las Familias los conforman los de sangre pura, nacidos vampiros, capaces de guardar la memoria y recuerdos de sus padres. Estos son los mas antiguos, antes de los primeros cuentos, rara vez se mezclan con otros que no sean sus pares, o se dejan ver. Este anonimato, y falta de información les ha servido; las muchas habilidades que los vampiros “dicen” tener, ellos las poseen. Hoy sabemos que algunos de ellos son consejeros o incluso cabezas de los nuevos clanes.
Por el contrario los clanes buscan siempre nuevos integrantes, sangre fresca, poseen toda la tecnología posible a su servicio, buscando la forma de fortalecerse y evitar que alguien los pueda matar. Sus contactos se extienden por todo el mundo, por lo que es difícil no toparse con alguno por la calle o como vecino. Los clanes se cuidan de pugnas internas, pero un nuevo inmortal siempre se nace ambicioso.
De lo poco que se sabe, aquellos que nacieron vampiros, han aprendido con los años. Su estricto código de conducta rara vez es roto, y sus ambiciones son más espirituales. Viven para el conocimiento, pero eso no evita que tengan sentimientos; así fue como comenzaron los clanes. Fue el amor lo que impulso al conde Dracul a dejar su anonimato, y formar el primer clan.
El vampiro en cuestión, al cual buscaba desesperadamente, se llama Okada y pertenece a una antigua familia de vampiros. Es miembro de un clan, que opera como parte de la yacuza.
– Debes entender, antes de emprender esta cruzada muchacho, que vas en busca de respuestas, no de venganza. La venganza no te puede guiar.
– Extraño, esas fueron sus palabras. ¿Por que lo mencionas?
– Por que tienen mucho en común ustedes. Más de lo que imaginas.
– Aun no se por que no intentas detenerme.
– No tendré que hacerlo, el lo hará. De paso, te revelara aquello que yo no puedo decirte en este momento.
– Debo irme… debo matarlo.
– Ve en paz Pierre, tú eres un custodes, y pronto aprenderás que no eres el único, ni tampoco el primero.
Mi nombre es Pierre Clavier, he sido, y seré siempre un Custodes
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