Servicio a la carta

El día de hoy al almuerzo, divirtiéndome como siempre al conversar con mi viejita y con mi hermano - que por cierto cayo de sorpresa pues le esperan aun varios días de amanecida - y recordábamos anteriores celebraciones.

En mi casa es bastante tradicional, no se si la historia se repita para otros, que se prepare algo especial por el cumpleaños de uno. Así pues, pueden dar por descontado que encontraran una gran torta de chocolate, si vienen el día que papa cumple años, un pastel de acelga por el cumpleaños de mi hermano, o pollo a la braza por el cumple de Vicky.

Y es que ya es algo, bien conocido por mis amigos, que en esta casa nunca falta la comida. Siempre encontraremos algo que picar, o tomar. Supongo que es asunto bastante tradicional acá, pero siempre se ha pensado en la comida como prioridad. Pueden faltar algunas cosas acá, pero nunca algún dulce escondido, o algún paquete de galletas. Si hablamos de comida, pues el amplio repertorio incluye de todo, comida criolla, oriental, pastas, chifa, y mucho más.

Asumo que en parte, la regla general de que se come todo lo que haya en el plato - por más que no nos guste - nos ha permitido, a mis hermanos y a mi, no tener excusas al momento de escoger algo en especial, o ser invitado a algún lugar.

Repitiendo elecciones de hace muchos años, volveremos a tener los fideos con salsa de maní como plato de fondo - que les puedo decir me encantan las pastas - bien servido con un vino semiseco. Esperando con ansias el souflé de guanábana, se que como siempre todo quedara en su punto. Tal vez, la necesidad de darle carácter a cada cosa que preparemos nos impulse a introducirnos de lleno al mundo culinario.

Para mi, seguir los pasos de mi viejita en la cocina, ha sido un privilegio; pues he recibido recetas no solo de ella sino de mis dos abuelas, que decidieron pasarle sus secretos.Y como nos contara Goscinny & Uderzo, recetas tan buenas y con tanto sabor, han de pasar de boca de druida a oído de druida.