Los días pasan acá en la mina, y el trabajo poco a poco se termina. Claro que pareciera que uno no ha de terminar a tiempo todo lo que se propone, pero no es razón para desesperarse, llegara lo que deba llegar. Ya es un secreto a voces que este enano no continuara en esta mina; lo que no necesariamente es un mala noticia.
Si estas son las minas de las montañas azules, pues es momento de partir a una mina mas amplia, mas profunda, y donde pueda aprender nuevas técnicas, para trabajar los "metales" y conseguir objetos de mayor valía. Quien sabe si con el correr de los años, encuentre una montaña solitaria para mi, un lugar tranquilo, donde envejecer y compartir lo que los años me vayan enseñando, y lo que haya adquirido de experiencia.
En la víspera de esta Navidad, se ha consolidado la amistad de algunos compañeros de trabajo, mientras que uno confirma que no todos los jefes, son al mismo tiempo maestros. No es que me este quejando, por que para ser sinceros, es difícil encontrar algo así hoy en día; pero siempre uno espera que le corrijan cuando se equivoca, para no volver a cometer los mismos errores.
Como ocurre en muchos lugares, tuvimos un intercambio de regalos, cosa que puso algo nervioso a Elias - no pregunten por que - pero salio bastante bien al final. Mas que nada me dio la oportunidad de conocer mas personalmente a personas muy agradables con las que trabajo, y me veo a diario. Como sabrán, este enano es bastante amiguero, pero aquí, estando a diario casi 400 bajo tierra, pues es mas difícil que dos personas se conozcan.
Esta navidad, junto a mi familia, tengo mucho que agradecer, y también mucho que pedir - me refiero de manera espiritual - pues ha sido un buen año, pero mas que nada un año de aprendizaje, como debe ser, por el resto de mi vida. Como le comentaba a Elias, aun me quedan muchas cosas que aprender, muchos lugares que visitar; pero mas que nada, muchos sueños que cumplir.
Como les he dicho con anterioridad, aquí los días pasan sin que uno lo note, son solo fechas en el calendario que van cayendo una tras otra. Según el programa me toca salir el día 22, pero como uno nuca sabe que puedan decidir los jefes, es mejor no hacerse ninguna ilusión. Ahora, se que muchos ingenieros saldrán ese día, lo que probablemente me obligue a bajar desde Cerro de Pasco; pero también me da la oportunidad de escabullirme, sin que nadie lo note.
Sea como fuere, estaré esta navidad en el Bosque Viejo, y una de las razones de mayor peso es que mi hermano Jorge, ya estar allá en Lima, para quedarse. Hay que celebrar una tan grata noticia, y nadie como mi familia para celebrar. Siempre juntos con aquellos que queremos, Bombadil siempre volverá al Bosque Viejo.
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