Eso… eso fue lo que me ha despertado. Siento pequeños cosquilleos – pero eso es físicamente imposible – para ser exacto, una explosión ha intentado abrir un pequeño boquete en el casco superior de la nave. No ha tenido mucho éxito que digamos, solo ha arañado el blindaje exterior.
- Déjalos entrar – una vocecita en mi cabeza.
- No. La nave debe quedar sellada hasta que ingrese mi antepasado – esa es mi misión.
- Como encontraras a tu antepasado si no te conectas con el mundo para buscarlo.
- Me molesta que tenga la razón – Un momento, es ella… viva aún.
Ahora se con certeza que la doctora esta viva, aunque un poco anciana para mi gusto. Me ha intentado despertar antes, pero no estaba de humor para escucharla. Veamos quienes son nuestros pequeños e inoportunos visitantes. Pero antes que nada y sin hacerle caso en todo, he dejado sellada algunas zonas de la nave; dejando libre algunos pasadizos, con suerte y algo de ingenio los exploradores solo descubrirán una fracción pequeña. Dejare por ahora que piensen que es una pequeña lanzadera.
Les daré acceso a tres niveles, uno de los puestos de mando secundarios, algunos laboratorios… y la cámara de la doctora, Victoria – creo que aun no la he presentado – pero ya habrá ocasión. Ahora veamos a nuestros invitados, cinco hombres, tres mujeres. Parece que Victoria los conoce bastante bien, aun que la verdad es que no deseo saber como. Escucho sus voces, puedo realizar un completo análisis de sus condiciones y de sus pertenencias.
Conforme pasan los días, semanas, comienzo a conocer un poco más a mi pequeño grupo de científicos. He de aceptar que la idea de Victoria de conectarme en secreto a su terminal me ha permitido tener una salida segura a los sistemas de la tierra. Con el correr de los días puedo navegar por todos los sistemas computarizados, descargar información, y husmear por todos lados.
Un jefe científico, Victor; una ingeniero aeroespacial, Rebeca (es muy atractiva por cierto) un operador de sistemas, Miguel; un historiador, aunque no tiene latidos, si chispazos, Octavio es un androide. Hay un tipo muy nervioso, que no encaja en el grupo, aun no han mencionado su nombre, nadie le ha hablado. Victoria me explica que es un representante del gobierno, solo entiendo que es político, y eso ya me disgusta.
Hay también dos militares, Meredith y Tomas, parece que a ella la asignación, es más que nada un castigo, por hechos pasados, por eso me agrada. La mayor ha llevado a Tomas por ser su hombre de confianza, al parecer; Tomas sirvió con el padre de ella; pero he captado conversaciones de este con el político Gustav algo secretas, me intrigan. Casi olvidaba a una joven, con los rasgos de la doctora, su nombre es Elizabeth y también sigue la misma profesión.
Aun no encuentro a uno de mis antepasados, nadie encaja con los perfiles genéticos de búsqueda que tengo, y el tiempo me preocupa. Las excavaciones que usaron para llegar a mi, son un antiguo sistema de minería, muy profundo, muy enredado. Hay un grupo de jóvenes que vienen, parecen saber lo que buscan, pero lucen como pandilleros, parece que son ladrones o piratas, veremos que pasa cuando encuentren al capitán Tomas en la entrada.
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