domingo, marzo 15

Custodes: los inicios

Cuando la civilización había superado su fase intermedia, un virus no controlado a tiempo, mermo con la vida de todas las familias, no así con los animales de la tierra. En un intento de vivir más en comunión con la naturaleza muchas familias, haciendo uso de los avances biogenéticos que disponían, evolucionaron en nuevas razas, más fuertes, con nuevas y asombrosas capacidades, pero no inmortales del todo, y mucho menos invulnerables.

Las muertes se controlaron, pero hubo grandes luchas internas, pues la decepción fue grande; las decisiones de familia eran acatadas por toda la familia. La guerra contamino todo la vida al interior y alejo aun mas a los pueblos de la periferia de querer ser parte de una vida así. Las familias mermaron rápidamente, y terminaron por convertirse en aliadas y guardianas de otras que no habían cambiado su ADN.

Se descubrió algo muy importante con el paso de los años, los navegantes no tenían restricciones tan estrictas, como las otras familias, para las uniones. Este hecho, unido a su siempre vida en comunión constante con la naturaleza, les había permitido crear anticuerpos naturales al virus. Su continua ausencia de la metrópoli, no permitió descubrir a tiempo esta cura.

La molestia de las otras familias fue grande, si bien es cierto, los navegantes nunca habían sido una familia numerosa – los miembros que se unían a otras familias dejaban los viajes por mar – ahora casi triplicaban en numero a cualquier otra familia. Muchos comenzaron a unirse a los navegantes por el mero hecho de adquirir esa inmunidad a nuevas enfermedades.

El gran consejo, en previsión de futuros problemas, prohibió las uniones interfamiliar, pero obligo a los navegantes ha encontrar la clave para la inmortalidad; y mas aun establecerse de manera fija en la capital. Esto resulto en el descubrimiento de nuevas y desconcertantes habilidades en los navegantes. Sus continuos viajes a lugares lejanos los había forzado, con los años, a mejorar su tecnología en todos los campos. Si bien es cierto, nunca habían ocultado este hecho, tampoco las demás familias se habían interesado hasta el momento.

Fuera de las muchas décadas de adelanto con respecto al resto, su vida en el mar y en perfecto equilibrio con los demás seres vivos, así como su continuo enfrentamiento con el ambiente hostil del exterior, les había desarrollado un biotipo físico que se podía equiparar y hasta superar al de las nuevas familias biogenéticas.

Estos y otros descubrimientos, al estar obligados a vivir con las demás familias de manera fija, creo una rotura entre los navegantes. Unos, se convirtieron en maestros de la biotecnología, aparecieron las primeras maquinas; el uso de la energía geotérmica y otras fuentes, se desarrollo hasta limites inimaginables. Otros se convirtieron en filósofos y desarrollaron sus mentes y cuerpos fuera de los límites que conocemos; ambos buscando la clave para la inmortalidad, la rivalidad origino odio.

Se crearon dos facciones, mientras los naturalistas – así se conoció a los que desarrollaban mente y cuerpo – recibieron la alianza de las familias biogenéticas, que eran muy pequeñas; los tecnócratas, fueron dominando al resto de las familias que temían a la muerte. Un futuro enfrentamiento era inminente, solo era cuestión de ver quien encontraba la inmortalidad primero.

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