Protagonizada por el siempre genial Gary Cooper, esta película se basa en una novela del mismo nombre, y es la historia de un famoso arquitecto – Howard Roark - desde sus inicios, intentando establecer las bases de los conocida como la arquitectura moderna; todo esto mientras recorremos los tormentosos años de la depresión en los Estados Unidos. Se ha dicho que el personaje se inspiro en parte en la vida y obra del genial Frank Lloyd Wright.
La historia nos lleva a conocer a este joven arquitecto, que no queriendo ceder y adaptarse al molde que la construcción imponía en aquel entonces, luego de ser expulsado de la escuela, y sin conseguir un trabajo aceptable, entra a trabajar de obrero en una cantera de granito. Es, en este punto donde ingresa a la trama la actriz Particia Neal, quien desde un comienzo siente una atracción especial por el novel arquitecto.
Con el fin de desprestigiarlo, varios empresarios inician una campaña para destruir su reputación, siendo el único que lo apoya en un principio, el editor de un diario – genial interpretación de Raymond Massey – que poco a poco, ira perdiendo la fe.
El punto culmine se da cuando, al diseñar y construir un complejo de edificios, al ver Roark que sus diseños han sido modificados, decide dinamitar el complejo. Esto lo lleva juicio, que mueve a toda la prensa en contra.
El discurso final, que es lo más espectacular de la película, respecto al derecho de cada hombre de tener ideas propias que puedan ir en contra del común denominador, es la pincelada final en esta película que nos muestra hasta que punto un hombre creativo debe estar dispuesto a defender sus ideas.
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