Muy temprano saliendo de la mina, después de una larga jornada de guardia noche, y con nada de ganas de ir al despacho de guardia.
El trabajo avanza, lento pero inexorablemente, y ya he aprendido que no todo se puede hacer, y que no a todos sitios se puede llegar.
Se acaba el día, por decirlo algún modo, y pronto, de la música de Morfeo, en sueños, en los brazos de mi amada estaré.
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