Heme aquí, a escasos diez días de terminar estas practicas y regresar por un tiempo mas largo a la costa. No solo he adquirido experiencia laborar y física – de eso he tenido bastante pero no suficiente – si no también esa experiencia que puede darte el vivir en un clima tan extremo donde el aire escasea; se puede oír truenos y ver relámpagos casi todos los días.
No es que me queje de la lluvia, nieve y granizo – realmente es hermoso ver por las mañanas lo que puede lograr la naturaleza – pero en ocasiones puede afectar la salud y no dejarte trabajar en paz.
El aire limpio – estamos hablando de la superficie – permite pensar y ver las cosas con mayor claridad. Estos últimos días en la cima de la montaña, donde el viento te susurra nuevas ideas, es más fácil ver la solución de algunos problemas.
A pesar de la añoranza que puedo sentir por el hogar y la familia; la paz que he llegado ha sentir aquí, me impulsa a seguir el camino que he trazado y a aprender cada día mas sobre este mundo.
Como enano que soy, mi vida será la mina hasta el fin de mis días y el llamado de Aule.
Como enano que soy, mi vida será la mina hasta el fin de mis días y el llamado de Aule.
3 comentarios:
Pues asi es la vida, nos lleva por caminos lejanos, frio... no se como enano, estas donde mas quieres, la mina... yo como loco, digo como orco, pues... al norte, donde el viento te congela las orejas y el otronho los arboles parecen de fuego....
Habla Bomba, ahora es a este pechito a quien le toca irse en mayo a la mina, a Iscaycruz para ser exactos. Ya postearé sobre el tema.
Felicidades por el camino que te has trazado, y más aún porque estás a gusto de recorrerlo.
Ojalá pronto estés de vuelta por la selva de concreto.
Hasta entonces, te deseo lo mejor y fuerza ahí en la mina.
Saludos.
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