Aunque el tema del racismo ha quedado algo fuera de lugar, no es tema que se pueda olvidar así por así. Mientras leía el segundo libro de las aventuras del Capitán Alatriste, recordaba los pormenores que acompañaban el ser judío en esa época.
Y es que el asunto del dinero y propiedades, se mezclaban con la política de los estados, y mas si había de por medio, la forma de quitarle a uno el dinero. Los reyes, deseosos de conseguir fondos, acusaban a diestra y siniestra, y con una Europa mayoritariamente católica, la presencia de judíos, o sus descendientes siempre era nota discordante.
El titulo de la novela hace referencia a un termino que fue acuñado en España, pero fue usado por toda Europa. Solo bastaba ser descendiente de judíos, y la honra debía ser lavada en los campos de batalla.
Otro tema que toma especial relevancia en esta novela, es la presencia todo poderosa del tribunal de la Santa Inquisición. Me gusto que lo presentaran en su verdadera forma, organismo mas que nada civil, que había adquirido poder con los años debido al miedo y desorden que reinaba en España. Ni siquiera el rey podía ir en contra de los dictámenes, pues se utilizaba para ejercer presión donde el dinero y el acero no podían.
Algo mas explicativa que su antecesora, esta novela de pasajes inolvidables, tiene momentos de gran tensión, y expectativa. Nos enseña y nos permite apreciar, de una manera mas racional, los pormenores que se vivían, durante el reinado de Felípe IV de España. Mitos y leyendas del pasados se mezclan con la historia, trayendo a nuestra memoria, tantos personajes que ganaron la gloria.
Buen libro para mantenerse entretenido, cuando las cosas se ponen aburridas. Uno puede seguirle los pasos, por cada verso que escribe el buen Quevedo.
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